Es un lapso en donde el seis se transforma en siete,
Donde inevitablemente hemos de caer algun dia,
Llevados de la mano por el haz de luz cegando la vista,
Dejandonos fluir por una melodia inentendible,
Pero ciertamente acojedora y transparente.
Empezamos a creer, a soñar, a descontextualizar,
Y abriendo los ojos vemos lo que nadie puede,
Lo que todo el mundo dijo creer, pero no entiende,
Ese haz de luz que atraviesa nuestra mente,
Sin embargo, ¿quien podria diferenciarlo?
¿Quien puede decir si esto es cierto?
Siempre es parte de la misma idea,
El haz, la musica, transforman a un alma,
En un ser que vuela dentro de su propia divinidad,
Creando un mundo y destruyendolo a su propia voluntad,
Sueña historias, inventa cuentos, relata aventuras,
Para escapar de la realidad mas compleja,
Aquella que solo algunos encuentran, y toleran,
Esa misma, la que no soportamos, la que reinventamos,
Y a pesar de todo, no podemos dejar de ver.
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